El Covid-19 y su impacto en materia oncológica
El paciente con cáncer no puede esperar
“El impacto real de la infección/pandemia por SARS-Cov-2 sobre la población oncológica está aún por verse”, con esta frase el Dr. Sunil Daryanani, oncólogo médico, abre diálogo para explicar el panorama actual al respecto.
Desde el año 2020, los primeros reportes científicos originados en China acerca del patrón de infección en los primeros pacientes infectados quedó claro, que además de los pacientes mayores, con múltiples con otras enfermedades crónicas – sumando la obesidad y la diabetes – los pacientes con cáncer, tenían mayor probabilidad de infección severa y muerte, apunta el especialista.
Afrontando el impacto de una pandemia
“A medida que se extendía la pandemia, se generaron estrategias para proteger a los pacientes oncológicos; me tocó vivir esto muy de cerca en Inglaterra, en reuniones virtuales entre los centros oncológicos, para definir normas de protección, como la orden de que los pacientes oncológicos se mantuvieran en aislamiento extremo, sin contactos y confinados a sus hogares”. Esto implicó movilizaciones de sistemas y recursos, así como la compra digital de insumos y alimentos, el envío a domicilio de medicamentos, red de voluntarios, transporte y todo lo que pudiera conllevar a la manutención y cuidados de estos pacientes.
Asimismo, la posibilidad de minimizar el tránsito de pacientes a hospitales y entidades prestatarias de salud para minimizar su contagio; mientras que los hospitales definían zonas rojas o azules, es decir zonas COVID de zonas sin COVID, para así, mudar los servicios oncológicos a las segundas y permitir su normal funcionamiento.
A los médicos y personal de salud adscritos a servicios de oncología se les instruyó sobre la necesidad de minimizar sus contactos para evitar contagiar a los pacientes, prevención que toca seguir manteniendo, puntualiza Daryanani.
En cuanto a tratamientos, la pandemia inicialmente indujo retrasos en inicios de quimioterapias y, en muchos casos, suspensión por alto riesgo de inmunosupresión y posibilidad de muerte. “Adicionalmente, vimos pacientes en quimioterapia presentando complicaciones rápidas y cursos inexorables con COVID-19; por consensos nacionales e internacionales, se buscaron otras opciones con menor tasa de inmunosupresión, para evitar la quimioterapia altamente inmunosupresora”. Pero lamentablemente en una fracción importante de pacientes el curso de su enfermedad mermó frente a lo esperado”. Asimismo, la evaluación habitual de pacientes cambió de manera dramática, instaurándose control telefónico, desarrollándose plataformas de videollamadas y formalizar lo que hoy en día se denomina Telemedicina. Personalmente, comenta Daryanani, me tocó liderar proyectos en esta área, su implementación en mi hospital y con otras especialidades a nivel mundial, de áreas consideradas prioritarias, ya que el paciente con cáncer no puede esperar.
Otros impactos iniciales fueron retrasos y modificación en cirugías – haciéndolas más extensas – para evitar uso de quimioterapia y cirugías limitadas. En lo relativo a diagnóstico, la pandemia también ha traído retrasos, y la consecuencia ha sido la detección de cánceres en fases más avanzadas y con menor posibilidad de resultados positivos.
Con la disponibilidad de vacunación e inmunización se ha podido flexibilizar medidas de aislamiento para pacientes con cáncer, pero sigue siendo un grupo altamente vulnerable. Muchos pacientes oncológicos, además de tener edad avanzada, tienen otras enfermedades e incluso obesidad que en conjunto generan mayor riesgo de tener infección severa y evolución fatal con COVID-19.
El uso de plataformas virtuales de consulta como complemento a la atención médica habitual, es una herramienta muy valiosa que además ha reducido el costo monetario y de tiempo en traslado a consultas con la conveniencia de contacto eficaz; así como para realizar algunas operaciones que previamente requerían de acción personal y otro tipo de innovación que a la larga reducen desgaste y ahorro de tiempo. Algunas drogas oncológicas en desarrollo han sido aprobadas para ciertos tratamientos oncológicos por su potencial de mayor seguridad.
No cabe duda que estos tiempos de crisis han servido para reflexión, unión con los seres queridos, definición de metas, introspección y reformulación de vida; son tiempos difíciles y duros, sin precedentes previos.